Esta practica terapéutica implica la formación de un nuevo individuo genéticamente con características similares por no decirlo idénticas al del ser humano originario; cabe mencionar que esta generación de otro ser humano es através de una célula somática la cual es sometida a diversos procesos; en los cuales se da una reproducción asexual.
La clonación como mencioné anteriormente no solo implica criterios, posiciones y conocimientos en medicina, sino también entra a esta discusión la religión y la ética; las cuales protegen al ser humano como un todo organizado, formado íntegramente.
Esta práctica terapéutica está penda en algunos países como el Perú, el cual protege al ser humano a través de la Ley de códigos de los Jóvenes y niños.
Si tomamos en cuenta a la clonación desde un punto ético y sobre todo religioso, la Iglesia da a conocer su opinión manifestando que Dios nos creó como una unidad antropológica; al ser engendramos Él nos da el alma; entonces si somos capaces de "crear" a otra persona esta no tendrá alma.
He aquí un fragmento de uno de los artículos del Vaticano, el cual nos da a conocer su opinión y posición frente a este tema:
En la clonación, la vida se presenta como un elemento completamente externo a la familia. El embrión "aparece", por decirlo así, al margen no sólo de la sexualidad, sino también de una genealogía. Todo ser humano tiene derecho a nacer del amor integral -físico y espiritual- de un padre y una madre, a recibir sus cuidados, a ser acogido como un don por sus padres y a ser educado. Cuando en el horizonte surge la inquietante posibilidad de que se pueda manipular y someter a experimentos la vida del ser humano concebido, para luego destruirla, una vez obtenidas del embrión las células o los conocimientos biológicos que se buscan, entonces es el mismo concepto de filiación y de paternidad-maternidad lo que se pone en tela de juicio, y es la misma idea de familia la que queda destruida.

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