El marasmo es la forma infantil de inanición. Tanto las proteínas como la energía están limitadas, dando una baja concentración de insulina, pero elevada de glucagón y cortisol, es decir, una situación de inanición.
Dado que el organismo no dispone de combustible, se degradan músculo y grasa para proporcionar energía, lo que conduce a la emaciación.
La proteína muscular se descompone en aminoácidos, que se utilizan para la síntesis hepática de albúmina; por tanto, no hay edema
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